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El bruxismo puede tener distintas causas, la más común es el estrés o la ansiedad.
Para la mayoría de las personas, el bruxismo es un hábito inconsciente. El síntoma más habitual es despertarse por la mañana con dolor en los músculos faciales o dolor de cabeza, provocado por apretar y rechinar los dientes.
También se puede descubrir en la visita al dentista ya que los dientes se encontrarán desgastados o el esmalte fracturado.
El bruxismo puede presentar signos tales como dolores de cabeza y músculos de la mandíbula, cuello y oído, como consecuencia de apretar los dientes.
Al rechinar los dientes provoca que los dientes duelan o se aflojen y llegan literalmente a pulverizarse y desgastarse, además de causar problemas de articulación, tal como el síndrome de la articulación temporomandibular (ATM).
El dentista determinará la causa potencial del bruxismo y el daño dental provocado. El uso de protectores dentales o férulas protege los dientes durante el sueño. Esta férula dental debe ser elaborada por el dentista para que tenga un ajuste exacto en su boca. Normalmente la férula se coloca sobre sus dientes superiores y los protege para que éstos no rechinen contra los dientes inferiores.
Aunque la férula es una excelente manera para tratar el bruxismo, no soluciona el problema y aunque desaparezca el dolor mientras se utiliza, éste vuelve a aparecer si se deja de utilizar.
En el caso de que el origen del bruxismo esté en una alineación inadecuada de los dientes, también puede corregirse con nuevas restauraciones, coronas o tratamiento de ortodoncia.
